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Dos poetas de Quebec

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Dos poetas de Quebec

Emile Nelligan y Nicole Brossard


En estas páginas conviven Emille Nelligan, poeta simbolista de irrefrenable originalidad y hombre acosado por sus propios fantasmas, y Nicole Brossard, escritora poderosa, cuya poesía camina en lo abstracto para aterrizar en lo más concreto: los hoteles, las camas, los encuentros y los desencuentros... Transformada ``en acuarela adentro de la cama'' sabe que todo es poetizable, principalmente ``la cíclica ternura convergente'' que recorre los pasillos de ``the Barbizon hotel for women''.


Emile Nelligan


La poesía y la figura de Emile Nelligan (1879-1941) permanecen en el paisaje cultural de los quebequenses. Su obra renace, vivaz, una y otra vez, en un libro escolar, en el escaparate de una librería, en una ópera, en unos poemas, en una canción de rock o en una película. Esta persistencia de una escritura ha creado con el tiempo ``el mito Nelligan'', que tiene en sus versos puntos de referencia muy claros: Poe, Baudelaire, Verlaine, Mallarmé, pero también se extiende a un poeta del siglo XII como Dante, o a Rodenbach, poeta flamenco del XIX.

La poesía de Emile Nelligan mece, con su música interior, al náufrago del tumulto posindustrial. En sus versos las palabras vuelven a ser luz, los ángeles dan un recital en el regazo profundo del sueño habitable. Para Claude Beausoleil la obra de Nelligan, de la que se recoge aquí una pequeña muestra, es una prueba de madurez y fulgor. Parecen cumplidos, pues, los anhelos del que en su juventud escribió: ``Sueño con hacer versos célebres que hagan gemir las músicas mortuorias.''

Canción de cuna

Alguien llora en silencio
de las noches de abril;
alguien llora el entresueño
largo de su exilio;
alguien llora su dolor,
y es mi corazón...

Ante dos retratos de mi madre

Mi madre, y cómo la amo en este retrato antiguo,
pintado en días gloriosos cuando ella aún era joven,
color de lis la frente y la vista que brilla
como resplandeciente espejo veneciano.

Pero mi madre ya no es en absoluto la misma:
le ahuecan las arrugas el mármol de la frente,
el brillo se opacó de aquel tiempo emotivo
cuando su himen cantaba como un poema rosa.

Ahora mismo comparo, y eso me hace estar triste,
esa frente nimbada y esta frente inquieta:
sol de oro y densa bruma en la edad del crepúsculo.

¡Oh misterio del alma que no puede aclararse!
¿Cómo he de sonreírle a esta boca marchita?
Y al retrato que ríe ¿cómo puedo llorarle?

Versiones de Marco Antonio Campos

Sobre un retrato de Dante

Qué triste tu rostro y enjuta tu frente
Auguste Barbier

Es él, ese rostro de sonrisa desconocida,
esa frente quemada por el bronce infernal del abismo,
este ojo donde nada aún la visión sublime:
el Dante incomparable y el Hombre ignorado.

Tu alma hercúlea, nos hemos acordado,
lejos de los pérfidos, celosos de la suerte de su víctima,
sobre los eternos montes cuya cima tocaste,
debió hallar la paz, oh Poeta ingenuo.

¡Sublime Alighieri, guardián de camposantos!
El glorioso blasón de tus obras altivas,
en el muro del Tiempo ondea orgulloso e imborrable.

Y vivirás, oh Dante, tanto como Dios mismo,
pues los cielos aprendieron, igual que el infierno,
a balbucir los cantos de tu divino Poema.

Poema

A Georges Rodenbach

Blanco, blanco, todo blanco, oh Cisne que abres tus pálidas alas,
levantas el vuelo ante el Edén que te llama,
del seno gris de la neblina de tu país flamenco
y de muertas ciudades, cuyo estertor lloraste.

Brujas, ¿a dónde van las viudas de negros mantos?
¡Por tus campanas se propague tu luto en el cielo!
A lo largo de tus canales, con toque melancólico
doblan las campanas, cuervos de bronce en el aire claro.

Y, sin embargo, el azul irradia hacia el Norte
como si fuese una luz de oro
que deslumbra, oh Flandes, tus fúnebres pupilas.

Monjas que rezan en los oficios vespertinos,
contemplen por los ojos levantados de la Custodia
¡al Místico, al Elegido de las albas eternas!

Versiones de León Plascencia „ol y Francoise Roy


Nicole Brossard


Nicole Brossard, poeta, novelista, ensayista, es una de las voces principales de la literatura de Quebec. Nació en 1943 en Montreal y ha publicado más de treinta títulos, entre otros Le centre blanc, Le désert mauvey Langues obscures. Pertenece a la Academia de las Letras, ha merecido dos veces el Premio de Literatura de Quebec y su obra ha sido traducida a muchos idiomas. Su pluma es, sin lugar a dudas, una de las más poderosas y originales de la literatura contemporánea.


the barbizon hotel for women

una intuición del conocimiento recíproco
mujeres de curvas del fuego del edredón
con piel nueva- - - - - - -superficie esencial
flotas en mi páginadice ella
y la mujer de cuatro dimensiones se inscribe
en el espacio entre la luna y (cinturón de fuego)
del descubrimiento y los combates que el eco
persevera, fervor que relumbra

la boca difusa, nocturna e íntima
llena de intervalos
para cruzar los jardines de lo real
los cuadros anticipados del cuerpo atento
todas las regiones del cerebro
el tiempo se mide aquí por aguas
dentro del buque, en armonía
la precisión de los graffiti en nuestros ojos
fugitivas (aquí) las escrituras
in the barbizon hotel for women
los rostros que nacen en la rueda
la cíclica ternura convergente

el espacio (mi)
entre todas las edades, las arrugas
versátiles de la mujer inesperada
cuando a medianoche y el elevador
en nosotras asciende la fluidez
nuestros pasos puestos en gastadas alfombras
he aquí que las chicas del Barbizon
en las camas estrechas de América
unos labios inventaron
una forma vital de poder
tenderse una frente a otra
sin paralelo y: fusión

mas nuestras nucas atentas cuando
en Lexington avenue unos pasos
se mueven cerca de nosotras otra vez
pues la escenaes memoria
y la memoria en nuestras páginas
estalla
como técnica perfecta
en torno a esta pasión excéntrica
que imaginamos en los bellos moños
grises de las mujeres del Barbizon

pues entonces transfórmame, dice ella
en acuarela adentro de la cama
como órbita reciente
las cortinas, la emoción
esta noche iremos al Sahara

caminamos en lo abstracto (los neones)
esta noche- - -sobreexpuestas- -expresión libre
las mujeres nocturnas
mi reflejo y las circunstancias
que mi boca pasea como palabras
me expongo: precaución útil
on earth: down town
las amazonas tienen talleres de correspondencia

y aquí reconozco a una escritora muy abstracta
suplicante en el espacio
cuerpo en la misma intensidad
y la lluvia de repente
abundante
alcanzar las intuiciones de la materia

los abrazos ________ la extensión del pensamiento
en el césped yo tomaría presurosa
la ruta de la seda
con una lengua que tiene visiones
que conviene retener: presencia/
al borde de

el espacio (mi) memoria llena de vocales
de la última certidumbre sin tregua

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