La historia, tal como la conocemos, data de menos de seis mil años atrás. Fue sólo a mediados
del cuarto milenio antes de Cristo, que los anónimos habitantes de Sumer aprendieron a marcar,
con ayuda de una cuña, una superficie húmeda para grabar una serie de signos permanentes, los
que transmitirían su pensamiento a las generaciones futuras. Allí, entre los sumerios que
habitaban el fértil valle que se extiende a los pies
de las montañas curdas, entre los ríos Tigris y
Eufrates, nació la escritura y con ella la historia.
Casi simultáneamente, algún anónimo genio
súmero descubrió que era más fácil arrastrar una
carga si bajo la plataforma que la sostenía se
colocaban dos discos de madera unidos con un
eje, la rueda, al igual que la escritura saltó como
una chispa del genio humano
del cuarto milenio antes de Cristo, que los anónimos habitantes de Sumer aprendieron a marcar,
con ayuda de una cuña, una superficie húmeda para grabar una serie de signos permanentes, los
que transmitirían su pensamiento a las generaciones futuras. Allí, entre los sumerios que
habitaban el fértil valle que se extiende a los pies
de las montañas curdas, entre los ríos Tigris y
Eufrates, nació la escritura y con ella la historia.
Casi simultáneamente, algún anónimo genio
súmero descubrió que era más fácil arrastrar una
carga si bajo la plataforma que la sostenía se
colocaban dos discos de madera unidos con un
eje, la rueda, al igual que la escritura saltó como
una chispa del genio humano
0 comentarios:
Publicar un comentario